sábado, 28 de junio de 2014

Los latidos


En este nuevo articulo voy a comenzar a hablar sobre el ritmo.

Les recomiendo que vean este video que me impactó 
por la claridad de los conceptos y a su vez fue el gran disparador 
para comenzar con este tema fundamental para la música.
Link del video: El ritmo de la vida



El video relatado por George Martin el legendario productor de los Beatles
comienza diciendo:


La música está en todas partes. 
En todo lo que hacemos. 
En nuestro trabajo o tiempo libre. 
Celebramos con ella y lloramos con ella, nos ayuda a recordar 
y nos consuela cuando queremos olvidar.

En realidad es difícil imaginar una vida sin música. 
Para mí, es totalmente imposible, toda mi vida ha estado dedicada a la música. 
Yo necesito la música y no solo a nivel profesional. Todos la necesitamos.
Desde sus inicios, el hombre ha estado cantando, bailando y tocando música. 
Pero ¿De dónde viene esa música? ¿Para que sirve? ¿Qué es la música? 
No puedo tocarla, no puedo verla, ni sujetarla. Simplemente está ahí.

Nuestro contacto con la música comienza desde el momento 
en que el bebé dentro del vientre de la madre escucha 
y siente los latidos de su madre cuando está en el útero, 
lo mismo sucede con la respiración.

El hombre ha desarrollado dos lenguajes paralelos, 
el lenguaje, para expresar hechos 
y la música para comunicar emociones, sensaciones. 
Y el ritmo es inherente a ambos.

En la música, el ritmo es el punto de partida de todo.
Cada frase hablada o melodía tiene un ritmo y es ineludible. 
Está ahí. Es como el tiempo. No podemos imaginar la vida sin tiempo. 
Toda oración o melodía debe tener un ritmo.

El cerebro humano selecciona sus ritmos a partir de los ritmos naturales 
del cuerpo humano: el latido del corazón, caminar, respirar.
El ritmo es la piedra fundamental de la música. 
El ritmo es la forma en que dividimos el tiempo en pulsos.

Tocar tambores fue una de las primeras formas de comunicación 
desarrolladas a la par con la voz.

El ritmo de la vida nació en Africa cuando el tambor era una forma de comunicación.

¿Qué es lo que nos da ganas de bailar, de movernos?

En la música tradicional brasileña está un poco la respuesta. 
No es la velocidad del ritmo lo que nos obliga a movernos, 
sino el lugar donde se marcan los acentos.

El ritmo nos une, nos hace movernos, bailar, está ligado 
totalmente a nuestro ser, a nuestros latidos, a nuestra forma de caminar, 
de respirar, de vivir.

Aun cuando el ritmo tiene un papel central en nuestras vidas, 
la mayoría de la gente apenas lo nota. Para el que toca y escucha la música, 
la división del tiempo en pulsos es fundamental.

El hecho es que hay ritmo en todo: en el cambio de las estaciones, 
en los latidos del corazón, en los pájaros carpinteros, en nuestro caminar, 
hablar, respirar. Nada de esto podría existir sin el ritmo. 
Todos los movimientos del universo desde el átomo más pequeño 
a la estrella más grande vibran con el ritmo porque a fin de cuentas, 
el ritmo es la diferencia entre la vida y la muerte.




Como ejercicio les propongo siempre a mis alumnos 
antes de comenzar cualquier canción o ritmo, 
marcar el pulso con los pies con tobilleras. 

Todo ritmo acontece entre un paso y otro de cada pie. 
Ese es el punto de partida, marcar con los pies, 
pasarlo por el cuerpo para después lentamente incluir el ritmo 
a una melodía. 

Así comienzan mis clases de canto con percusión 
abordando el ritmo de donde todo se sostiene, 
si no hay ritmo no hay música es una cadena natural 
que ocurre en nuestro propio cuerpo así como lo hacemos al hablar 
todos tenemos un ritmo al hacerlo.


En cada lenguaje, con cada idioma de cada lugar 

con la forma de hablar de decir, las acentuaciones y 
el ritmo se van acomodando de maneras diferentes 
y así la música se va acoplando a ese ritmo en particular.

No es lo mismo decir te amo en ingles, francés o alemán
y al hacer el ritmo con ese texto métricamente funciona diferente.


En los próximos artículos hablaré sobre algunos ritmos en particular.

La vida incluye el ritmo, todos somos un poco artistas en el vivir.

Que disfruten de su propio ritmo.
Mariana