El psoas o iliopsoas es un pequeño músculo que se encuentra justo en
el centro de nuestro cuerpo a cada lado de nuestra columna vertebral, entre el
intestino y la columna. Se expande hacia el frente conectado desde la vértebra
dorsal nº 12 hacia cada una de las 5 vértebras lumbares moviéndose a través de
la pelvis y se inserta a través del músculo ilíaco en común con la cabeza del
fémur.
El psoas conecta la parte superior e inferior de nuestro cuerpo.
Este músculo realiza la función de estabilizar la columna vertebral
actuando como soporte interno del abdomen y en combinación con el diafragma conecta
los movimientos de nuestro cuerpo con los ritmos respiratorios. Sin duda tiene la función de eje físico y está involucrado en cada movimiento que implique equilibrio, rotación del tronco y
nuestras piernas o cualquier movimiento que llevemos a cabo.
Este músculo puede
tensarse en muchas situaciones diferentes, ya que es capaz de contraerse o
relajarse de forma independiente, en cada unión vertebral.
Es comúnmente
conocido también como el corazón de las emociones ya que con una vitalidad
disminuida, una respiración fluctuante y un abdomen comprimido la atrofia
que se genera en él nos provocará sin duda alteraciones emocionales.
Relajándolo desarrollaremos la confianza en el
equilibrio de nuestro cuerpo sin buscar el equilibrio mediante tensiones
musculares. Debemos aprender a ser conscientes que un cuerpo balanceado sostiene su peso
de manera natural con su propia estructura ósea y que no son los músculos los
que deben apuntalar el peso sino permitirnos mover fluidamente.
Trabajando este músculo lograremos una nueva mirada, apertura y
estabilidad física.
Idealmente, el psoas guía
la transferencia de peso desde el tronco hacia las piernas y también actúa como
enraizamiento guiando el fluido de energías sutiles además forma un soporte diagonal a través del tronco,
formando una especie de plataforma para los órganos vitales.
Durante la acción de caminar, un psoas saludable se mueve
libremente y se une a un diafragma relajado que continuamente masajea la columna
así como los órganos, los vasos sanguíneos y los nervios del tronco.
Sin duda un psoas relajado es símbolo de juego y expresión creativa
por eso es tan importante para cantar o para cualquier actividad musical o
creativa.
El psoas está conectado al diafragma a través de tejido conectivo o
fascias las cuales afectan nuestra respiración y el reflejo del miedo, de esta
manera podemos decir que está conectado directamente a nuestro sistema límbico,
la parte interior mas básica o antigua de nuestro cerebro y columna vertebral.
En mis clases de música, al comenzar la vocalización les voy
preguntando a mis alumnos cómo se sienten, cómo se encuentran, como es su
estado general. Voy observando si presentan alguna sensación molesta al emitir
la voz.
Luego los invito a que se paren frente a un cajón peruano y
comiencen a ingresar en la postura del Guerrero 1 o “Virabhadrasana 1” colocando
las manos en la cintura y apoyando el muslo derecho paralelo al suelo sobre el
cajón peruano.
Para realizar esta postura debemos flexionar la pierna derecha a
90º y colocar el glúteo derecho sobre el cajón de manera tal de formar un ángulo
recto entre el gemelo y el muslo derecho.
La rodilla debe estar en la misma línea del talón.
Levantar entonces el talón derecho para girar la pierna y la pelvis
de izquierda a derecha de modo tal que ambas crestas ilíacas frontales queden
mirando hacia el frente.
El pie izquierdo debe girar ligeramente en la misma dirección hacia
la derecha, es decir hacia adentro.
En esta etapa de la postura realizar una respiración profunda.
Seguidamente apoyar nuevamente el talón derecho en el suelo
presionando con el talón posterior sobre el piso, llevando la ingle izquierda
hacia delante para tocar el asiento.
La cara, el pecho y la rodilla derecha deben estar orientados en el
mismo sentido que el pie derecho.
Es muy importante no flexionar la rodilla de la pierna izquierda (la
pierna que esta extendida hacia atrás) para elongar el psoas, llevando el muslo
frontal izquierdo hacia arriba, hacia el techo y elevar el talón izquierdo de
modo que el pie quede apoyado desde el metatarso perpendicular al piso,
equilibrando talón interno y externo, tobillo interno y externo.
Empujar ese talón hacia arriba, ya que ayuda a girar la pelvis
hacia delante y a estirar la pierna de atrás.
Que la pierna de atrás se organice desde la espiral del pie hacia
arriba y que los huesos de la pierna, el pie y la pelvis se orienten para crear
un claro recorrido desde el pie hasta la columna.
Poco a poco, con la práctica, tendremos la sensación que las ingles
delanteras se alargan con el estiramiento del psoas entre tantos otros músculos.
Finalmente con las manos en la cintura elevar el esternón, estirar
la espina dorsal desde el coxis, levantando el pecho lo que ayuda a levantar
todo el torso desde el pubis.
Es muy importante no perder esa elevación al cantar.
Lograda ya la postura vocalizamos a modo de glissando, ciclos de 5tas justas con las vocales “u o a“ de Sol a Do ascendente por semitonos y luego descendente.
Luego los invito a percibir las sensaciones en el tracto vocal
cantando en esta postura que requiere tanto de fuerza como de equilibrio y
flexibilidad y les pregunto.
¿Cómo se siente cantar desde la postura del Guerrero 1?
¿Se percibe la conexión de este pequeño músculo que une al tronco con las piernas?
¿Cómo se siente cantar con el pecho en expansión sostenido desde
las piernas en forma asimétrica y en equilibrio?
Invirtiendo la posición realizamos la postura hacia el lado
izquierdo comparando ambos lados, el psoas de un lado y del otro, su flexibilidad y elongación, la sensación de apertura en el tracto
vocal, en las costillas, los músculos intercostales, en el diafragma y la expansión del pecho,
observando principalmente la respiración.
Adicionalmente al trabajo intenso con el psoas en esta postura, el
pecho se expande elevando las costillas y el esternón, absorbiendo así el coxis
hacia el pubis donde el psoas cual “puente colgante” entre el tronco, las
piernas y la cadera lo convierte en una excelente ayuda para que la respiración
se vuelva más profunda.
Los diversos retos de la postura del Guerrero 1 crean interesantes
parámetros para explorar la mecánica respiratoria.
Como experiencia final les pregunto a mis alumnos si esta postura los ayudó a profundizar la tendencia inspiratoria y en todos los casos la
respuesta ha sido positiva traducida en la alegría de cantar con mayor fluidez
y libertad.
En mi experiencia esta postura nos pone activos, alertas, atentos y mentalmente firmes o concentrados.
Es un postura poderosa que enciende el fuego interno, por lo que
mis alumnos luego de esta vocalización y práctica se sienten
vigorosos y con ganas de cantar!
Han encontrado parte del equilibrio deseado a
través del estiramiento del psoas.
El psoas es el músculo más profundo y estabilizador del cuerpo
humano.
Que disfruten su canto libre y enraizado con el psoas, el “músculo
del alma”!
Mariana Masetto.